Atrapados en el Nurr



Disparos dieron el inicio a la huida campal que ocurrió el miércoles veintiuno de junio de 2017 en las afueras del comedor del Nurr (Núcleo Rafael Rangel de la Universidad de Los Andes) en Trujillo.

Los estudiantes empezaron la gran carrera por su vida. Todo empieza cuando se escuchan detonaciones cerca del comedor y las personas que hacían cola para recibir su comida, empiezan a correr, con empujones, gritos y llantos sale ésta estampida de estudiantes.

Mientras unos corrían, otros nos quedamos en la entrada por incrédulos, porque se comentaba que eran perdigones, no sonidos de “balas reales”.

Al momento de estar ahí, quizás por cinco segundos, llegan las personas con el rostro tapado con pasamontañas negros apuntando a cualquiera. Unos despojan de sus pertenecías a estudiantes y otros echan tiros al aire, lo que produjo más movimiento estudiantil en pánico.

La carrera parecía no tener fin. Mientras corrí, vi personas llorar, asustarse y gritar. Me escondí con otras personas en un lugar recóndito de la universidad, eran cuatro paredes en las que estábamos encerrados más de diez personas. Había una chama en crisis, vigilantes con miedo, y gente haciendo chistes para pasar el mal rato. Muchos comentaban el detonante de la acción de los vandálicos, en el que manejaban muchas hipótesis.

Hipótesis

Por una parte, se habló de la toma del camión que hicieron horas antes, las personas que estaban protestando afueras del Nurr, el que fue secuestrado y hurtado. La muestra estaba en el estacionamiento del comedor con los envases de mantequillas rotos y las cajas tiradas.

También se dijo entre llantos, mientras disparaban en patio central estas personas encapuchadas, que tal acción de los mismos es por los estudiantes regulares pertenecientes a partidos políticos contrarios al gobierno.

La violencia no debería estar aceptada por ninguna de las partes (hablando de política), por lo que no era necesario llegar a tales extremos. No se justifica el secuestro del camión encava. No se justifica el acto de perpetrar en una casa de estudio de ésta manera. Tampoco es justificable que la autoridad máxima de esta alma máter diga que no está de acuerdo cuando permite el ingreso de ambos grupos a la misma.

Asamblea estudiantil

Luego de todo el despelote, disparos en patio central y sollozo de la joven en las cuatro paredes, salgo. Se pensaba que la situación estaba calmada, y que los personajes armados se habían ido del lugar.

Una asamblea estudiantil en el centro universitario empieza, el Vicerrector, dirige palabras para todos los que estaban ahí. Lamenta los hechos. Los repudia. Indica que no había reportes de personas heridas, ni fallecidas, sólo un estudiante que fue golpeado.

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Foto: Alfredo Zambrano

Ésta reunión se interrumpe cuando todos empezaron a correr porque presuntamente los armados volvieron a entrar a la villa universitaria.

Muchos cayeron como dominó. Gritos. Llantos. Vi correr desde mujeres embarazadas, hasta señoras adultas. Todo se volvió caos. No hubo heridos de gravedad, sólo aquellos que se cayeron con raspones en las extremidades.

Terror

Todos esperaban salir de la casa de estudio que se había convertido en el lugar más terrorífico, pero no había ninguna forma. Comentarios de robo a las afueras del Nurr se oían de todos los que habían intentado salir y comentaban que habían sido robados. Aparte de preocuparte por tu vida tenías que preocuparte por tus pertenencias. Por momento me sentí en la filmación de los Juegos del Hambre.

Pensaba en una salida. Grupos dispersos en los pasillos universitarios. Una joven recordó los momentos de angustia que vivió encerrada en el comedor, además de todas las personas que fueron robadas mientras ella estaba allí. Su miedo era impalpable pero notorio. Su cara dibujaba tristeza y terror.

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Foto: Alfredo Zambrano 

No hubo heridos, pero si muchos desmoralizados, en los que me incluyo. Vi a la mujer más valiente en su etapa de pánico, como un pañuelo blanco, temblorosa. La verdad es que todos teníamos miedo. Pensaba en sentarme y llorar, tal vez tirarme en el suelo en forma fetal por todo esto.

En el momento que decidimos bajar en masa hacia lo que se conoce como La Concepción, para salir de ese hueco negro en el que se convirtió por un momento mi universidad, vi rostros en las paradas de decepción, tristeza y miedo con solo un pensamiento en mente: salir de ahí lo más rápido posible.

Fueron más de dos horas atrapados en el Nurr, pero esas horas fueron eternas.

ESCRITO EL 22 DE JUNIO DE 2017

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